Una historia de Amor con el pollo Peruano
Un periodista del diario Chicago Tribune busca descubrir los ingredientes detrás del peruanísimo pollo a la brasa. Él, todo un entusiasta del plato peruano, visitó locales en Chicago y entrevistó a los dueños.

“Una historia de amor con el pollo peruano”, tituló la nota un periodista del reconocido medio estadounidense.
“Si estás en Nueva York, visita la cadena Pio Pio y serás testigo del pollo rostizado elevado de una humilde comida a fanatismo”, afirma Kevin Pang; sin embargo, en Chicago, el pollo a la brasa recién se está ganando un nombre gracias a las pollerías que nuestros compatriotas han abierto en la “Ciudad del Viento”.

Todo está en el sabor
Para el diario, el pollo a la brasa peruano tiene «30 veces más sabor» que cualquier otro tipo de pollo. “¿Por qué el pollo rostizado peruano sabe mejor?», se preguntó el periodista. Por ello, fue a la fuente más cercana y entrevistó a tres dueños de pollerías.
César Izquierdo es el propietario de Taste of Peru, donde ofrece el pollo a la brasa hecho con la receta de su madre y para esto se toma su tiempo: el pollo es marinado durante toda la noche y es cocinado por dos horas. “Deja tus cubiertos y usa los dedos”, le aconsejó al periodista.
Como en nuestro país, Izquierdo sirve el pollo con papas fritas y una salsa hecha con ají amarillo. «Lo mejor de esta salsa es que no tiene el golpe de vinagre como el tabasco -explica Pang-, es frutoso».
A diferencia de la mayoría de dueños de pollerías, César Izquierdo sí comparte la receta: el pollo es marinado en sillao, ajo, kión, ají, comino, Coca Cola, cerveza y un toque de pisco. “Todos los pollos deberían saber así de ricos”, sentenció el periodista del Chicago Tribune.

Dos embajadores más
En Fina Estampa, otra pollería peruana en Chicago, el dueño Ricardo Varela se disculpó a través de un traductor porque no quería revelar su receta secreta. En este restaurante, el periodista probó “la pechuga más jugosa”.
El dueño del tercer establecimiento, D’Candela, “fue incluso más reservado”: no quiso hablar en persona. Aun así, las papas fritas del local “estremecieron mi mundo”, confesó Pang.